Oh, Romeo, mi Romeo…
Abril, martes 22 y miércoles 23. Nada mejor que celebrar el aniversario del nacimiento y muerte de William Shakespeare (igual que el Día del Libro, fíjate), o su víspera, en su caso, con un espectáculo que le haga honor. El Teatro Arriaga lleva a escena el ballet que Sergei Prokofiev escribió basándose en “Romeo y Julieta”, esa tragedia universal de encendidos sentimientos. El -que llaman los pedantes- Bardo de Avon dio cuerpo en 1595 a la versión más ilustre de los amores desafortunados de los cachorros de sendas familias nobles de la Verona del siglo XIV. Desde entonces han sido infinitas las versiones musicales, balletísticas, para niños, para mayores, y últimamente para el cine.
El ballet de Prokofiev quizás sea la versión tutú de más peso. La partitura fue compuesta en 1935, y dicen que el compositor no tenía muy claro si podría transformar en notas la intensidad psicológica de la obra original. El resultado fue tan absolutamente rompedor que incluso las bailarinas se negaron a danzar al son de unas melodías tan iconoclastas.
Sobre las tablas actuará el Ballet del Kremlin, que los entendidos consideran filial del Bolshoi. Nosotros no entendemos de mallas, pero tantos -tchenkos, -rovichs y -kovas en la compañía parecen sinónimo de rectitud y disciplina soviética. A ver si convencen al respetable…
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