La Tascauer: Terrores de nuestra generación

No, no me refiero al precio de la vivienda ni nada parecido. Escribo esto porque hablaba el otro día con los amiguetes de ese personaje-situación-peli-serie-de-tv-o-lo-que-fuera que nos tenía aterrorizados de críos. Generalmente, ya de talludito, ese miedo infantil se acaba superando pero se sigue viendo con cierto mal rollo al personaje que nos daba tanto canguelo. Yo, como explicaré más adelante, jamás he sido capaz de cogerle cariño a ET, por ejemplo. Y eso es lo más triste de todo, que, a menudo, el personaje resulta patético o incluso entrañable a ojos de un adulto normal. Pero la cosa es que a nosotros de crío nos acojonaba cosa mala y eso acaba grabándose a fuego en nuestro inconsciente.

Como ya he comentado, uno de mis terrores era ET, el extraterrestre, ese maldito alienígena feo y arrugao. Ni teléfono, ni mi-casa, ni gaitas, por mí la podía haber palmado alegremente aquí en la Tierra. Jamás me ha caído simpático el pequeño alien, y es que de txiki me daba un cague de la hostia. Tenía mi hermano una careta de ET, que era ponérsela y huir yo por el pasillo dando alaridos.

Otro clásico pánico de nuestra época era lo que yo denomino Terror Acuático. Y es que más de uno vio como se le amargaban sus baños veraniegos, estremecido ante la idea de que Tiburón le llevara una pierna. Si Tiburón no les vale, por allí andaba también Lorca, la ballena asesina, para rematar la cosa. Y no se crean, si te ibas al río casi era peor, lo mismo venían las Pirañas y te dejaban las canillas hechas fosfatina. Malditos productores de Hollywood, ni bañarnos tranquilos nos dejaban.

Asimismo, los años de nuestra infancia fueron pródigos en la producción de pelis con muñecos a la par simpáticos y siniestros que se dedicaban, básicamente, a putear al personal. Y, ya de paso, le amargaban la existencia a algún infante impresionable que viera la peli. Estoy hablando de elementos como los famosos Gremlins, los Critters o los menos conocidos Ghoulies, que salían de la taza del water para comerte el culo. Así, como suena. Hay que tener mala idea para diseñar un bicho así, coño. Hasta para mandar un fax a gusto había que andarse con ojo.

También recuerdo otra peli que me dió un miedo del cojón de pato: El secreto de Joey. La peli trataba de un niño que podía comunicarse con su difunto padre a través de un teléfono rojo y un muñeco, o algo por el estilo. El asunto es que ya solamente ver la carátula de la película me inspiraba bastante pavor. Y el muñequito daba un mal rollo que te cagas. No se rían, que aunque pueda resultar patético asustarse de un teléfono y un muñeco, me consta que no soy el único al que le dio miedo esa película.

Por cierto, que no sé porqué asocio el muñecajo aquel a Draco, el vampiro contador de números de Barrio Sésamo, que también le daba cierto cague a uno de mis coleguillas. Que sí, que somos lo peor, no hace falta que me lo recuerden. Mi amiguete confesó, sin embargo, que Draco ha envejecido bien y ha terminado por convertirse uno de sus (y mis) muñecos de Barrio Sésamo favoritos.

En el caso de la tele, pues V me daba así como cosilla, con tanto lagarto comerratas, pero la serie que de verdad me acojonaba se titulaba Chocky. Tenía una presentación con la que me hacía caquita encima, con tanto niño raro y esos símbolos extraños como de secta o algo. Creo que iba de unos chavales con poderes mentales o no sé qué pollas, pero la cosa es que esos créditos iniciales me daban miedo mil. Me parece que, de hecho, apenas llegué a ver la serie, del giñe que me daba.



En el nivel, "cosas patéticas que te daban miedo" comentaré un par de cosillas que me contaron algunos amigos:

-Los dibujos de Scooby Doo. Increíble, señores. Existe gente (además del propio Scooby y de Shaggy) que de veras se acojonaba con los infantiloides fantasmas que perseguían al grupo de jóvenes investigadores. Creo que son los monstruos más cutres e inofensivos de la historia. Terror lamentable es poco decir.

-El videoclip de Thriller, de Michael Jackson. "Cuando se ponía así como con los ojos rojos y tal, es que me cagaba encima, tío". Creo que este videoclip marcó a una generación, que veía como el apuesto Michael se transformaba en un monstruo casi tan horrible como el que es ahora. Hombre, la idea del clip era dar miedo, así que, hasta cierto punto es comprensible que asustara a unos tiernos infantes como nosotros. Pero, fíjate, a mi como que no me daba demasiado mal rollo.

-Los payasos. Si, IT hizo mucho daño. Los payasos dan mal rollo a más de uno y de dos. De hecho, creo que ya comenté en otra Tascauer que existe una definición clínica del miedo a los payasos: Coulrofobia. Para que vean.

-El Gargantúa. El gargantúa es una atracción típica vascuence, que tiene la forma del voraz personaje de los cuentos de Rabelais. En el fondo es un tobogán camuflado en el que entras por la boca y sales por el culo, pero a más de un niño le daba un cague importante el asunto. De hecho, un amigo mío todavía le tiene manía al bicho por puro terror infantil y por una hostia que se pegó bajando por ese tobogán.

-El muñeco de Michelin: A mi no me miren, oigan, que me lo confesó un amiguete. El tío es incapaz de comprender como una figura tan terrorífica puede concebirse como amigable imagen comercial de una marca de neumáticos. Posiblemente uno de los miedos más ridículos de la historia.

Apunto para el final que incluso ciertas músicas me daban miedo. Recuerdo que la música de La Clave, de Jose Luis Balbín, me daba una jindama importante. Y creo que no era el único niño acojonado por ella. De hecho, yo de pequeño creía que era un programa de miedaco o de historias siniestras, con esa sintonía tan acanguelante. Tardé bastante en descubrir, con cierta sorpresa, que tan sólo era un programa de debate. Ahora echo en falta pasar miedo, la verdad. Miedo del que mola pasar, de ese que sabes que no te va a pasar nada, claro. No recuerdo ninguna peli reciente que me diese mal rollo de verdad, y es una pena.

Más de uno dice que ha pasado un canguelo importante viendo The Ring pero a mi, sinceramente, como que me dejó más bien tibio, qué quieren que les diga. Huy, que a gusto me he quedado. Sienta bien exorcizar tus miedos infantiles, prueben a hablar de ellos con sus amigos.

Pero ahora les tengo que dejar, que me ha parecido oír un ruido en el pasillo. Voy a por el bate de béisbol, que como sea un gremlin o ET, la hemos liao. Nos vemos, coolpables.