LENDAKARIS MUERTOS + Sick Boys

No cabe duda de que Lendakaris Muertos cuentan con una legión de seguidores en la capital del reino. Musicalmente, no son lo más original del mundo, y suenan a los padres del rock radical vasco (especialmente a La Polla Records, MCD o RIP, aunque tanto su nombre como su tema “Demasiado Ciego para Follar” son un homenaje a Dead Kennedys). Pero lo más destacable de este grupo son sus letras, que han renovado el estilo de esos grupos enmarcados en el género “música descojonante”. Los pamplonicas dan un paso más. Además de echarle humor, hablan de situaciones espinosas como “El problema vasco” o los malos tratos (“Marido y mujerta”), echándole cara y demostrando que de todo nos podemos echar unas risas. Mérito innegable.

Llegué tarde, como siempre, a pesar del miedo a que ya hubieran terminado (la proverbial brevedad punki en los conciertos). Pero afortunadamente no fue así, y en el escenario aún daban los últimos coletazos “Sick Boys” ante un público que abarrotaba la sala. No conocía a este grupo, y no despertó mi interés; me sonó a “lo de siempre”, pero en justicia debo decir que me perdí la mayor parte de la actuación y que Lendakaris Muertos ponen el listón muy alto en cuanto a ingenio.

Los navarros salieron a la palestra raudos, nada más terminar los teloneros. Pidieron un “poquico” de agua y cerveza previamente, y arrancaron con “Detector de gilipolleces”, coreada por la sala entera. El sonido fue bueno, y aunque no son la cumbre de la originalidad musical, hay que decir que lo que tocan, lo tocan bien, y además sin apenas pausas, con lo que el bolo fue muy movido y animado. Desde el primer momento, el cantante fomentó la “interactividad” con el público, dirigiéndose a los de las primeras filas y lanzándose tres o cuatro veces del escenario. Incluso se dio un “beso gaztetexero” con uno de los asistentes, después de felicitarnos San Valentín, aunque claro, “los punkis no se enamoran”.

Los Lendakaris fueron repasando su nuevo disco “Se habla español”, sin olvidar temas como “El problema vasco” o “Gora España”, que interpretaron con atrezzo y todo: una chaqueta con los colores de la bandera patria que el cantante se compró en Ibiza por siete euros (o eso nos contó). También sacaron un oso panda en la consabida canción; el buen rollo se contagió al público, que se reía de sí mismo (como en “Gafas de pasta”, en las que algún ídem se quitó las suyas para exhibirlas) y para terminar se marcaron su “ETA, deja alguna discoteca” con luz estroboscópica, de la que salimos todos más mareados que otra cosa. Cómo no, en los bises no podía faltar otro hit, “Veteranos de la kale borroka”, tras lo cual nos dejaron para hacer doblete al día siguiente en la misma sala.

Lendakaris Muertos se lo pasaron de puta madre, y nos lo hicieron pasar igualmente a nosotros. ¿Quién da más? Al menos para mí, es argumento suficiente para no faltar a otras citas con este grupo.